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Jueves, 19 de abril de 2018
Las principales claves de una alimentación saludable y equilibrada
Aunque mucho se habla de dietas y métodos para perder peso, es importante recordar los pilares de una alimentación equilibrada y correcta que prevenga enfermedades y brinde una sensación de bienestar general. Por qué la celebración del día nació en Argentina

En toda América Latina, cada 11 de agosto desde 1974, se festeja el Día del Nutricionista, en conmemoración del nacimiento del médico argentino considerado "padre de la nutrición", el doctor Pedro Escudero. Este pionero nutricional fue uno de los primeros en defender la idea de que la alimentación debe ser equilibrada, completa, suficiente y adecuada. En otras palabras, que debe incorporar todos los grupos de alimentos adaptándose a los requerimientos de cada persona en cada etapa vital.

Más allá de las características individuales de cada persona, y más allá de que la genética juega un rol principal en la predisposición a tener ciertas patologías, "la incorporación de hábitos alimentarios saludables y un estilo de vida activo puede favorecer un camino libre de enfermedad", señaló la doctora Paola Harwicz (MN 84182) médica especialista en cardiología y nutrición con orientación en obesidad.

"Una alimentación saludable es aquella que contiene una amplia variedad de alimentos ricos en nutrientes y antioxidantes, presentes en frutas y verduras, con una adecuada selección de grasas, baja en azúcar y moderada en sodio", sintetizó Paola Harwicz. Pero como casi todo, estos hábitos nutritivos deben ser aprendidos desde la niñez.

El caso de la hipertensión arterial es uno de los más paradigmáticos. Actualmente la hipertensión afecta a 1 de cada 3 argentinos y ciertas condiciones -como la obesidad abdominal, el consumo excesivo de sodio, el sedentarios, el uso de corticoides, una alimentación baja en potasio o el consumo excesivo de alcohol- aumentan las posibilidades de desarrollarla. Hábitos como evitar los productos ricos en sodio, evitar el uso de salero sin antes probar la comida y consumir aguas bajas en sodio son claves en el acostumbramiento del paladar a una alimentación más sana.

Sin embargo, la comunidad médica coincide en general en que la alimentación debe ir siempre de la mano de actividad física. De hecho, la mitad de la población, según la última encuesta nacional de factores de riesgo es sedentaria. "La inactividad física es responsable de aumentar el riesgo de mortalidad cardiovascular, igualando al hábito de fumar. Estas estadísticas preocupan", alertó Harwicz, directora de la plataforma Nutrición en la Red.

Realizar tan solo 30 minutos de actividad física al día, por ejemplo, ayuda a reducir los valores de presión arterial. Luego de 45 minutos de actividad aeróbica de moderada intensidad (como una caminata intensa o salir a andar en bicicleta) los valores de presión sistólica -el valor máximo de la presión arterial cuando el corazón se contrae- se reducen y el beneficio se prolonga por doce horas.


 
 
 
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