Opinión
Jueves, 29 de marzo de 2018
Dirigentes peronistas y el eterno resplandor de mentes sin recuerdos
“Se puede olvidar lo que pasó pero no cómo se sintió”. Tal cual reza la una de las frases emblemáticas del film que tiene a Jim Carrey y a Kate Winslet como principales figuras, dirigentes peronistas libreños olvidaron lo que pasó en un tiempo no muy lejano pero es imposible para gran parte de los vecinos olvidar su actitud ante esos sucesos.

“Se puede olvidar lo que pasó pero no cómo se sintió”.

Tal cual reza la una de las frases emblemáticas del film que tiene a Jim Carrey y a Kate Winslet como principales figuras, dirigentes peronistas libreños olvidaron lo que pasó en un tiempo no muy lejano pero es imposible para gran parte de los vecinos olvidar su actitud ante esos sucesos.

Estamos hablando de los despidos llevados a cabo en el municipio y de la intentona de continuar haciéndolo aunque la resolución fue frenada en seco por la justicia provincial. Hoy, y como si nada hubiera pasado antes, se ha visto a funcionarios municipales y a legisladores provinciales del partido del General solidarizarse con los trabajadores ferroviarios que atraviesan una angustiante situación en cuanto a sus puestos laborales se refiere. Aquí nace el primer interrogante: ¿Los trabajadores comunales despedidos y perseguidos no merecían la solidaridad del peronismo local? Evidentemente NO. Ni siquiera una nota aclaratoria. Nada.

Integrantes de desconocido rol en el amplísimo gabinete comunal emitieron altisonantes declaraciones repudiando los despidos o la precaria situación de los empleados del gremio de los trenes. Hasta el mismo Ascúa los recibió. Hace un tiempo atrás, todos brillaron por su ausencia. Ni hablar de los gremios. Dejaron en la soledad más absoluta a cientos de libreños con los que compartían, inclusive, labores en la Municipalidad.

La doble moral dirigencial en todos sus ámbitos ya no debería asombrar aunque si sorprende. Sorprende que se erijan en luchadores por los derechos laborales algunos que al doblar la esquina arman “listas negras” para perseguir y dejar sin la fuente de ingresos a otros.

Es notoria, además, la creencia de que la sociedad local no los conoce o no se da cuenta de este tipo de maniobras. “Bendito sea el que olvida porque a él le pertenece el paraíso” parafrasea la pareja protagonista del film en otro pasaje de la película y aquí la repite el imaginario justicialista vernáculo. Aunque en el fondo de su ser saben que esto, muchos conciudadanos no lo olvidarán.



 
 
 
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