Locales
Martes, 1 de septiembre de 2020
A la par de la pandemia, la política libreña comienza a mover el esqueleto
Luego del brote de coronavirus en nuestra ciudad, la carrera política-electoral comenzó a moverse con un poquito más de celeridad de cara al 2.021, año en el que se elegirá Intendente y Concejales además del Gobernador provincial.

En ese sendero se encuentra el oficialismo comunal. Con la candidatura de Martín Ascúa a la reelección prácticamente definida, comienzan los tironeos por los lugares salibles en la lista de legisladores locales además de los espacios de poder a ser repartidos en el caso de integrar una alianza electoral y, voto del pueblo mediante, continuar en el gobierno municipal. Allí talla muy fuerte, como a lo largo de estos 3 años, la Juventud Peronista liderada por Celeste Ascúa, hermana del alcalde y una de las principales arquitectas de la llegada de “Tincho” al poder. Sabido es el recelo que guarda en Libres y en toda la Argentina gran parte del peronismo ortodoxo para con los herederos de la “juventud maravillosa”.

Aquí, ese recelo tiene como cabeza visible al ex Diputado Provincial y referente del justicialismo vernáculo Alberto “Loro” Yardín, quien jamás tuvo una buena relación con los Ascúa y de hecho los enfrentó en las elecciones del año pasado yendo por fuera de la estructura orgánica del peronismo y con “boleta corta”, es decir sin candidato a Presidente. A pesar de esta circunstancia de vital importancia el “loro” sacó casi 4 mil votos, algo que, salvo Ascúa, ningún miembro del partido del General puede ofrecer en Libres. Más allá de que en el último tiempo se reunieron en un par de ocasiones y comenzaron a charlar con más asiduidad, el Intendente y Yardín mantienen sus diferencias en torno al manejo de la gestión y al perfil que la misma tiene y eso hace que sigan tratándose con cierta distancia.

En el bolillero del Frente de Todos ya están los nombres de quienes quieren ser reelectos en sus bancas el año que viene. Diego Figueredo, Pamela Fernández y Beatriz Moreyra comienzan a levantar el perfil y a defender, tibiamente, a la actual administración, algo reclamado por militantes y comunicadores afines en más de una ocasión. Los tres saben que como en toda estructura verticalista la última palabra la tendrá el dueño de la lapicera, es decir, el actual Jefe Comunal, y en virtud de ello es que algunos comienzan a ser más “tinchistas” que el propio “tincho”, pensando en no quedarse afuera el año que viene. Al fin de cuentas, ninguno quiere volver al duro y temido llano político.

En la otra vereda, dirigentes y militantes de ECO ya sueñan con el retorno al municipio y para ello han comenzado a trabajar en silencio y sin estridencias. El liderazgo de Eduardo “Peteco” Vischi no está en discusión y la principal incógnita pasa por saber si va a intentar volver al sillón que por voluntad popular ocupó durante 8 años o si pegará el salto a la escena nacional. No son pocos los rumores que lo ubican encabezando la nómina de candidatos a senadores nacionales en el 2.021. Pero más allá de eso, el radicalismo vernáculo y sus socios arrancaron el abordaje territorial en paralelo con el mandato provincial de ampliar lo máximo posible la alianza en nuestra ciudad, sumando a nuevos actores y espacios para la madre de todas las batallas, la del 2021. Con el clima interno tranquilo y con una fuerte orientación a la renovación de cara al armado de la lista para el año que viene, el trabajo se centra más en el fortalecimiento del espacio que en el de potenciar algún nombre para que sea la cabeza de la fórmula si “Peteco” decide no jugar acá.

Independientemente de que la relación entre Valdés y Colombi no pasa por su mejor etapa, ambos coinciden en la importancia de recuperar la Comuna para el frente gobernante de la provincia y entienden que Vischi es clave, ocupe el rol que ocupe, para lograr el objetivo. En tanto los socios de la UCR, llámense ELI, Proyecto Corrientes, Partido Popular, etc, concentran esfuerzos y delinean estrategias para tratar de mejorar ostensiblemente su caudal electoral, bastante menguado en las últimas elecciones. A fin de ello es que sus máximos dirigentes finalizan el armado de sus equipos para trazar una agenda de trabajo en conjunto en los más de 60 barrios libreños. Saben que, divididos, Ascúa tendrá la reelección a la vuelta de la esquina.

Así las cosas, a la par de la lucha contra el coronavirus arrancó otra lucha que finalizará allá por octubre del 2.021. Y a pesar de que todos lo nieguen, la carrera empezó y tiene final abierto.


 
 
 
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