Salud
Martes, 10 de septiembre de 2019
Ansiedad y depresión: cuáles son sus diferencias
Los problemas de salud mental representan el 8 por ciento del total de pérdida de años de calidad de vida, de la misma manera que en los países con economías desarrolladas las enfermedades de tipo neuropsiquiátrico ocupan el 12 por ciento del total de enfermedades.

Las previsiones de la Organización Mundial de la Salud estiman que para el año 2020 la depresión se constituya en la tercera causa de morbilidad al lado de las enfermedades coronarias y los accidentes de tráfico y como la primera causa de incapacidad.

Los trastornos de ansiedad también son más frecuentes en las mujeres. Según datos de la OMS, un hombre tiene la mitad de riesgo que una mujer de sufrir ansiedad a lo largo de su vida. La edad de inicio de esta patología se sitúa entre los 20 y los 40 años, y la posibilidad de padecerla disminuye a medida que la edad aumenta; entonces da lugar a otras formas de ansiedad que tienen su base en los estados depresivos.

Cuadro clínico
La ansiedad se manifiesta en forma de varios desajustes a nivel cognitivo y psicofisiológico. Sus síntomas más frecuentes son: dolor abdominal, diarrea o necesidad frecuente de orinar, mareos, cefaleas, tensión muscular, respiración agitada, frecuencia cardiaca rápida e irregular, sudoración, temblores, fatiga, irritabilidad y problemas de insomnio. Por el contrario, los estados depresivos conllevan sentimientos de culpa o falta de autoestima, cambios drásticos en el apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. También pueden ocasionar trastornos del sueño.

Capacidad de disfrute
En el trastorno de ansiedad no se ve necesariamente afectada la pérdida del disfrute o placer, tal y como sucede en la depresión.

Factores psicológicos o externos
Mientras que el origen de la depresión suele ser de índole psicológica, las causas que provocan la ansiedad son más variadas: sustancias como el alcohol, los broncodilatadores o drogas como la cocaína o la marihuana son claros detonadores de este tipo de trastornos. Una dieta deficiente (por ejemplo, niveles bajos de vitamina B12) también puede contribuir al estrés o a la ansiedad. En casos muy poco comunes, un tumor de la glándula suprarrenal puede causar ansiedad o síntomas similares al estrés.

A pesar de estas diferencias, la OMS, dentro de su Clasificación internacional de enfermedades (CIE-10), incluye el trastorno mixto ansioso-depresivo, en el que se dan posibilidades de combinación de síntomas propios de la ansiedad y de la depresión.


 
 
 
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